IMPACTO

UNA ACCIÓN HUMANITARIA OPTIMIZADA

Cuando vivíamos en el pueblo, cultivábamos nuestra tierra.

Teníamos una casa propia, trabajábamos, plantábamos cultivos, comíamos y bebíamos de lo que producíamos; éramos muy felices. Sin embargo, ahora, tan pronto nos asentamos en un lugar y pensamos que es permanente y seguro, nos vemos obligados a desplazarnos de nuevo.

Mofadal y sus hijos en un campamento en Marib.

Ayer tuve que llevar a mi hija al hospital, y tuve que andar 45 minutos porque no hay transporte público hasta allí. Mi hija acabó agotada de caminar bajo el sol abrasador. El médico nos dijo que padece malnutrición,

y nos ha citado de forma regular, pero no puedo afrontar los costes del transporte y la leche para alimentarla. No disponemos de ingresos regulares porque no tenemos trabajo. La vida es así de dura, pero tratamos de sobrevivir”.

– Mofadal 

Cuando estalló la guerra en Yemen, Mofadal y su familia se vieron obligados a desplazarse. Perdieron todas sus pertenencias durante el trayecto. Su mujer tenía dificultades para dar el pecho debido al estrés de la situación. Al tener que desplazarse constantemente, era complicado que él encontrara trabajo.

Sueña con poder enviar a sus hijos a la universidad, pero sus sueños se están desvaneciendo ante el incesante conflicto.

Millones de personas sufren las consecuencias de los conflictos y las catástrofes a nivel mundial, y se calcula que, a finales de 2022, había 108,4 millones de personas desplazadas en todo el mundo. De la misma forma, se calcula que 783 millones de personas siguen pasando hambre en todo el mundo, a pesar de que con la producción actual de alimentos bastaría para alimentar al conjunto de la población mundial.

NUESTRO TRABAJO 

COLABORAR CON COMUNIDADES EN CONTEXTOS DE CRISIS

Personal humanitario de Oxfam habla con Abdalla Dullow, un miembro de la comunidad desplazado por las inundaciones en la aldea de Baraka, en el distrito de Garissa.

Colaboramos para proteger y salvar vidas. Nos centramos en trabajar con las personas y comunidades en situación de vulnerabilidad antes, durante y después de las crisis.

Las necesidades humanitarias han alcanzado niveles sin precedentes durante los últimos 12 meses, y se han intensificado por el impacto que la guerra en Ucrania ha tenido a nivel global, los efectos de la crisis climática, y las repercusiones económicas a largo plazo de la pandemia de COVID-19 en las crisis de Asia, África y Oriente Medio.

Los fenómenos meteorológicos extremos y el aumento del precio de los alimentos, la energía y los productos agrícolas agravaron las desigualdades y volvieron a poner sobre la mesa la importancia no solo de ofrecer una respuesta adecuada, sino de abordar el origen de las causas que provocan las situaciones de emergencia. 

Creemos que las respuestas humanitarias resultan más eficaces y eficientes cuando las dirigen personas pertenecientes a las comunidades y países afectados.

Hemos invertido en reforzar la capacidad de liderazgo de los actores locales y estatales, y en nuestra respuesta a las crisis de Pakistán y Ucrania, esforzándonos por promover un cambio de las dinámicas de poder.

También hemos trabajado con aliados locales e internacionales en labores de incidencia dirigidas hacia donantes humanitarios claves, muchos de los cuales actualmente han adoptado directrices para adaptar su forma de trabajar con miles de organizaciones de la sociedad civil a nivel local. Estos grupos locales siguen liderando nuestra labor de incidencia política.

Comprender las necesidades de las personas afectadas por una crisis es el primer paso para otorgarles poder.

Por ello, seguimos ampliando el uso de nuestro sistema para el monitoreo de las percepciones de las comunidades reforzando los mecanismos de consulta y participación que ofrecen apoyo a todos los agentes humanitarios, por ejemplo, a través de proyectos como Sani Tweaks.

Con el objetivo de seguir reforzando la autonomía de las personas y promover el respeto y la dignidad, en 2022, más del 23 % del gasto humanitario de Oxfam se destinó a los programas de transferencias monetarias (PTM).

Esta decisión es coherente con la función que desempeñan los grupos locales y el proceso de trasladar el poder a las comunidades. Ejemplo de ello son las transferencias monetarias grupales, destinadas a la población más afectada por una crisis, que garantizan que las personas puedan tomar decisiones sobre sus gastos tanto individualmente como a nivel de comunidad. 

Comprender las necesidades de las personas afectadas por una crisis es el primer paso para otorgarles poder.

Por ello, seguimos ampliando el uso de nuestro sistema para el monitoreo de las percepciones de las comunidades reforzando los mecanismos de consulta y participación que ofrecen apoyo a todos los agentes humanitarios, por ejemplo, a través de proyectos como Sani Tweaks.

Con el objetivo de seguir reforzando la autonomía de las personas y promover el respeto y la dignidad, en 2022, más del 23 % del gasto humanitario de Oxfam se destinó a los programas de transferencias monetarias (PTM).

Esta decisión es coherente con la función que desempeñan los grupos locales y el proceso de trasladar el poder a las comunidades. Ejemplo de ello son las transferencias monetarias grupales, destinadas a la población más afectada por una crisis, que garantizan que las personas puedan tomar decisiones sobre sus gastos tanto individualmente como a nivel de comunidad. 

Teniendo en cuenta que los conflictos son cada vez más graves y duraderos, resulta esencial proteger a la población de posibles amenazas.

Una de las principales iniciativas de Oxfam en 2022 fue el proyecto de la red NEAR, que proporcionó herramientas y formación para abogar por una mejor protección de la población civil al personal humanitario local en algunos de los conflictos más graves para lograr una mayor protección de la población civil.

Para ofrecer respuesta a la crisis de hambre en África Oriental, Oxfam ha proporcionado ayuda a las comunidades afectadas, y ha trabajado con sus organizaciones socias para llevar a cabo un análisis de los efectos de la falta de acción en una crisis que, a pesar de las diversas señales de alerta y alarmas, ha sido ignorada durante demasiado tiempo por quienes ostentan el poder. Hemos trabajado para dar la voz de alarma, publicando comunicados de prensa y blogs, además de informar directamente a las y los responsables políticos sobre el impacto de la sequía en la población más vulnerable, especialmente las mujeres y las comunidades que se dedican al pastoreo. 

11 500 000

personas con las que trabajamos

262

proyectos

Miembros del personal de Oxfam KEDV debaten sobre la forma de coordinar eficientemente el apoyo de emergencia.

NUESTRA LABOR EN TODO EL MUNDO

Ali Shire Omar, un agricultor.
Entrega de agua en el sureste de Turquía y Siria tras el terremoto.
Una mujer refugiada ucraniana.
Integrantes de la Cooperativa de Mujeres Matiya y del programa de Liderazgo Vecinal de Oxfam KEDV envasan comida preparada.
Imam, esposa de Abdul Latif, lavando las manos de sus hijos con agua tras una inundación.
Protestas contra la terrible situación tras el incendio del campo de Moria, Grecia.
Agricultor en el pueblo de Sintchane-Kayes, en Malí.
Migrantes en Venezuela.
Grifo de agua.

ÁFRICA ORIENTAL
Ofrecer respuesta al hambre extrema

Más de 44 millones de personas necesitan ayuda humanitaria en Etiopía, Kenia, Somalia y Sudán del Sur, y el número de personas que se enfrentan a una situación de hambre extrema se ha multiplicado por más de cuatro en los últimos cinco años, alcanzando los 28 millones.  

La crisis climática, que en África Oriental se manifiesta principalmente en forma de lluvias irregulares, ha prolongado una grave sequía que comenzó en 2021, empeorando la complicada situación humanitaria derivada de los conflictos, la pandemia de COVID-19 y la peor plaga de langostas de los últimos 70 años. 

Además, la situación se ha visto agravada por la guerra en Ucrania y su repercusión en los sistemas alimentarios a nivel mundial, los precios de la energía y la economía mundial. Todo ello ha provocado un aumento de los precios de los alimentos de hasta un 40 % en algunos países. Más de 13 millones de personas se han visto obligadas a desplazarse, abandonando sus tierras en busca de agua y pastos, y millones de personas han tenido que huir de sus hogares a causa de los conflictos en la región. 

Oxfam y sus organizaciones socias proporcionan ayuda vital a millones de personas de la zona. Asimismo, estamos ayudando a las comunidades a aumentar su resiliencia frente a la crisis climática a través de programas de rehabilitación, y defendiendo soluciones sostenibles y duraderas. 

SIRIA
La mayor crisis de personas refugiadas del mundo 

Desde su comienzo hace más de una década, la guerra civil en Siria se ha cobrado cientos de miles de vidas. Más de 12 millones de personas han tenido que huir de sus hogares, y muchas de ellas se han tenido que desplazar en más de una ocasión. Más de cinco millones de personas refugiadas viven en países vecinos como Jordania, Líbano o Turquía, y la mayoría viven en situación de pobreza extrema. Se han destruido escuelas, hospitales y viviendas, muchos barrios carecen de agua corriente limpia e instalaciones de saneamiento, los precios de los alimentos se han disparado, y la economía se encuentra al borde del colapso.  

Si bien la escala del conflicto se ha reducido, más del 80 % de la población siria vive por debajo del umbral de la pobreza. Ahora, muchas mujeres son las proveedoras económicas de la familia, y tienen dificultades para encontrar alimentos suficientes. Asimismo, más de 12 millones de mujeres, hombres y niñas y niños se acuestan con hambre cada noche.

Oxfam está presente en ocho de los 14 distritos sirios; nuestras operaciones se centran en suministrar agua limpia a la población afectada por el conflicto, mediante la rehabilitación de infraestructuras, el transporte con camiones cisterna, y la reparación de fuentes locales de agua. 

Facilitamos alimentos y transferencias monetarias a las familias más vulnerables para que puedan cubrir sus necesidades más básicas. Distribuimos alimentos allí donde se necesita, y ofrecemos apoyo a las familias agricultoras proporcionándoles formación y distribuyendo semillas y plantas de semillero para que puedan cultivar alimentos y ganarse la vida. 

MOLDAVIA, POLONIA, RUMANÍA, UCRANIA
Heridas de guerra

El impacto de la guerra en Ucrania está siendo devastador. Desde el 24 de febrero de 2022 –la fecha que marcó el inicio del conflicto armado a gran escala por parte de la Federación de Rusia– hasta el 30 de julio de 2023, la guerra se ha cobrado 9369 vidas y ha dejado a 16 646 personas heridas, además de provocar la destrucción generalizada de infraestructuras claves como hospitales, escuelas e instalaciones de agua. El conflicto ha obligado a alrededor de 14 millones de personas a desplazarse, en su mayoría a Polonia, Rumanía y Moldavia. El 90 % de las personas desplazadas son mujeres, personas mayores y niñas y niños. Muchas de estas personas han quedado traumatizadas por la guerra, la separación de sus seres queridos, y los largos y extenuantes desplazamientos, agravados por las mismas dificultades a las que se enfrentan todas las personas refugiadas: soportar condiciones de vida lamentables, superar las barreras lingüísticas, y hacer frente a las dificultades para acceder a asesoramiento jurídico.  

Las personas se enfrentan al riesgo de ser víctimas de la trata de personas, la extorsión y la violencia de género. Los grupos minoritarios como la población gitana, las personas LGBTQIA+, las personas procedentes de países no pertenecientes a la Unión Europea o de fuera de Ucrania, y las mujeres jóvenes y las niñas y niños que viajan solos son quienes sufren un mayor riesgo. 

Oxfam financia y colabora con alrededor de 35 organizaciones locales de la sociedad civil con el objetivo de apoyar la labor humanitaria en Ucrania y sus países vecinos. 

Juntas hemos prestado protección y asistencia vital en materia de agua y saneamiento, refugio, alimentos, distribución de efectivo, asistencia jurídica, asesoramiento y servicios de integración como apoyo lingüístico o a la búsqueda de empleo.

SIRIA, TURQUÍA
Un coste por partida doble

Oxfam ha trabajado con comunidades y organizaciones socias locales en la respuesta a la catástrofe provocada por el terremoto de magnitud 7,8 que sacudió el sureste de Turquía y el norte de Siria el 6 de febrero de 2023. Algunas zonas de Hatay, en el extremo sur del país, quedaron prácticamente arrasadas, y muchos de los edificios que no se derrumbaron por completo tendrán que ser demolidos debido a las grietas que ha causado el terremoto. Esta catástrofe ha dejado a millones de personas sin hogar, en una zona que ya sufría los graves efectos de una década de guerra. Si bien un gran número de personas han abandonado la zona y se encuentran en casa de familiares, más de un millón siguen viviendo hacinadas en refugios de emergencia o tiendas de campaña. 

Uno de los grupos más expuestos a los efectos del terremoto fueron las personas refugiadas de Siria, quienes durante los últimos 12 años se han desplazado a Turquía para escapar de la guerra civil. Con alrededor de 3,7 millones de personas, Turquía es el país del mundo que más personas refugiadas recibe, mientras que las 11 provincias afectadas por el reciente terremoto acogen a más de 1,7 millones de personas. Muchas de ellas ya habían comenzado una nueva vida en Turquía, pero han tenido que volver a alojarse en viviendas provisionales hasta que puedan recuperarse. 

Oxfam ha elaborado un plan de respuesta de tres años. A largo plazo, trabajaremos con nuestras organizaciones socias para crear nuevos puestos de trabajo y oportunidades para generar ingresos, con el objetivo de ayudar a las personas a mantenerse a sí mismas tras la catástrofe.  

PAKISTÁN
Las peores inundaciones hasta la fecha

Entre julio y septiembre de 2022, algunas zonas de Pakistán quedaron devastadas por inundaciones sin precedentes, que tuvieron graves consecuencias para los hogares, tierras de cultivo, ganado e infraestructuras esenciales. La Organización Mundial de la Salud clasificó las inundaciones como las peores hasta la fecha en Pakistán: la catástrofe causó la muerte de al menos 1700 personas, y 33 millones de ellas perdieron sus hogares, tierras o empleos.

La respuesta humanitaria inicial se centró en cubrir las necesidades vitales, especialmente en Baluchistán y Sindh, las provincias más afectadas. La respuesta de Oxfam estuvo liderada por organizaciones socias locales, como LHDP, MDF, SAFWCO, SPO, TKF; las organizaciones de defensa de los derechos de las mujeres ARTS Foundation y SHADE; y las organizaciones socias Indus Consortium y SDPI, centradas en labores de incidencia e influencia.

Las mujeres, las niñas y las personas no binarias sufrieron los efectos de la crisis de manera desproporcionada; el deterioro de los edificios las obligaba a desplazarse a pie hasta letrinas comunitarias, y las niñas se mostraban reticentes a utilizarlas por la noche (sus familias tampoco querían que las niñas fueran solas por temor a que les ocurriera algo). Por ello, las labores de reconstrucción más urgentes se centraron en proporcionar nuevas letrinas y otras instalaciones de saneamiento. Asimismo, las organizaciones socias de Oxfam distribuyeron kits de higiene femenina (que incluían productos menstruales), junto con mosquiteras, kits para el invierno, cubos y otros productos de higiene. Entre las actividades de protección social figuraba la creación de "espacios seguros para el aprendizaje" adaptados a las mujeres, y orientados a facilitar la formación y el intercambio de conocimientos en un entorno seguro.  

Además, las transferencias monetarias multipropósito y las subvenciones para impulsar la agricultura, el cuidado de los huertos, la ganadería y los pequeños negocios han resultado fundamentales para ayudar a la población a reconstruir sus medios de vida y recuperar su vida normal. Un año después, se calcula que 10,5 millones de personas siguen padeciendo inseguridad alimentaria, si bien las familias han comenzado poco a poco a reconstruir sus hogares.

GRECIA
Medidas legales para lograr procedimientos justos de asilo 

Millones de mujeres, hombres, y niñas y niños que huían de la guerra, la persecución, la catástrofe y la pobreza han llegado a Grecia o la han atravesado en busca de seguridad y una vida digna en Europa. Durante años, Oxfam ha demostrado su preocupación por las personas que se encuentran en los centros de acogida de las islas griegas y que viven en condiciones de vida deficientes, hacinadas o sin acceso a atención médica adecuada. Se trata de personas que se ven obligadas a enfrentarse a sistemas jurídicos complejos, a menudo tras haber sufrido traumas, con problemas de salud o con alguna discapacidad.

En septiembre de 2020, presentamos una denuncia legal conjunta con otras organizaciones centradas en la defensa de los derechos humanos. Más tarde, en marzo de 2022, publicamos un informe sobre los centros "carcelarios" de Samos, en colaboración con el Consejo Griego para los Refugiados. En mayo, publicamos un informe en el que poníamos sobre la mesa las diferencias en cuanto a la asistencia que Grecia ofrecía a las personas desplazadas de Ucrania, tras la aparición de pruebas que apuntaban a múltiples incidentes de rechazo con violencia a la hora de atender a personas solicitantes de asilo provenientes de otros lugares. En julio, la Defensoría del Pueblo Europeo inició una investigación sobre los centros cerrados de acceso controlado financiados por la Unión Europea, en la que instaba a la Comisión Europea a dar explicaciones sobre cómo se garantizaba el respeto de los derechos fundamentales en estos centros. Para contribuir a la investigación, la Defensoría escogió a Oxfam entre un grupo de organizaciones.

En enero de 2023, la Comisión Europea anunció que había iniciado procedimientos de infracción contra el Gobierno griego, lo cual supone un gran avance. Si bien este tipo de casos constituyen procesos largos, esperamos que esto suponga el fin de las prácticas de detención arbitraria, mejore las condiciones de acogida, y haga más accesibles los procedimientos de asilo para las personas refugiadas.

ÁFRICA OCCIDENTAL
Los datos al servicio de la crisis alimentaria

Oxfam, junto con nuestros aliados y organizaciones socias, desempeña una función fundamental a la hora de desarrollar un sistema para ayudar a la población de las comunidades de África Occidental a prevenir y gestionar la grave escasez de alimentos.  

La iniciativa del Cadre Harmonisé comenzó hace más de 20 años, y se ha convertido en un sistema único basado en datos, como los precios de los alimentos básicos, el seguimiento de las épocas del año en las que se practica el agropastoreo, o los índices de vulnerabilidad de los hogares. Su objetivo consiste en analizar las tendencias actuales en materia de inseguridad alimentaria y nutricional, ayudando a identificar las zonas expuestas a sufrir un mayor riesgo de crisis alimentaria.

Con esta información, los Gobiernos y las organizaciones pueden elaborar planes de respuesta a las crisis, lanzar alertas, llevar a cabo labores de incidencia con el objetivo de conseguir financiación para las respuestas, y diseñar campañas públicas con un mensaje adecuado para abordar la escasez de alimentos. Los procesos inclusivos de consultas trimestrales con organizaciones de la sociedad civil, los Gobiernos, las instituciones y los donantes garantizan la coordinación de la respuesta tanto a nivel de país como regional.

En 2022, Oxfam apoyó las coaliciones de la sociedad civil a ambos niveles para que participaran en el proceso y adoptaran la iniciativa del marco unificado. Junto con organizaciones nacionales y regionales de la sociedad civil, elaboramos documentos de incidencia política para alertar a los donantes sobre la crisis alimentaria en el Sahel, lo que ha contribuido al aumento de financiación de los planes de respuesta. Hasta noviembre de 2022, junto con Save the Children y Acción contra el Hambre, conseguimos movilizar casi 52 millones de euros para ayudar a las personas afectadas por la crisis alimentaria en Nigeria y el Sahel. 

VENEZUELA
La importancia de la percepción

Desde 2018, la herramienta de Oxfam para el monitoreo de las percepciones de las comunidades (CPT o Community Perception Tracker) se ha utilizado para recopilar y comprender las percepciones (expresadas en forma de ideas y comentarios) durante los brotes de enfermedades y, por consiguiente, mejorar nuestras respuestas de emergencia.

Sin embargo, 2023 fue un año de avances en Venezuela, puesto que la respuesta enfocada a la COVID-19 que habíamos ofrecido hasta el momento viró para dar paso a un planteamiento más holístico que sitúa a las comunidades en el centro de la estrategia de los procesos de toma de decisiones. 

La herramienta de monitoreo de las percepciones de las comunidades ha permitido que Oxfam y sus organizaciones socias puedan responder mejor a las preferencias de la población. La nueva versión de la herramienta no funciona a través de preguntas directas, sino que pretende crear un espacio seguro de diálogo en el que las personas compartan la información personal que deseen. Este enfoque nos ha proporcionado un aprendizaje más exhaustivo sobre cuáles son las necesidades más urgentes de las comunidades. Además, la relación entre las organizaciones socias y las comunidades ha salido reforzada gracias al proceso de escucha activa, y muchas personas han compartido sus percepciones a medida que ganaban confianza.

De nuestra labor en Venezuela hemos aprendido que el empoderamiento de las comunidades pasa por mantener una actitud humilde, honesta y transparente, capaz de otorgar mayor autonomía a la población. Asimismo, hemos aprendido a no clasificar las preguntas en categorías técnicas, puesto que esto a menudo obstaculiza que las personas puedan compartir información. Por último, ahora también sabemos que debemos garantizar que nuestras acciones estén directamente alineadas con las percepciones de la población, además de mejorar nuestro diseño de los planes de acción de carácter comunitario. 

CHAD
Innovación para garantizar el acceso a agua potable

El agua limpia es la esencia de la vida humana, aunque conseguir que llegue hasta zonas áridas remotas y afectadas por crisis puede suponer un gran desafío.

En Chad, donde el número de personas desplazadas se ha triplicado desde 2020, acceder al agua es todo un reto. Si bien el agua abunda en pozos poco profundos y sondeos, la mayor parte no es apta para el consumo humano debido a su salinidad. Asimismo, recorrer largas distancias para transportar agua en camiones cisterna presenta un coste demasiado elevado para las personas desplazadas, además de consumir combustibles fósiles. A escala global, existen muy pocos ejemplos de éxito en el sector humanitario en materia de proyectos sostenibles para conseguir que el agua sea segura y asequible. La asistencia humanitaria internacional tiene un carácter temporal, por lo que todas las iniciativas deben tener en cuenta la viabilidad técnica y financiera a largo plazo, así como su impacto medioambiental.

Con el apoyo de donantes y organizaciones socias, Oxfam utiliza plantas desalinizadoras por energía solar para proporcionar agua potable en zonas remotas. En un principio, el proceso de purificación del agua por desalinización presentaba algunos desafíos, como las complejidades técnicas o los costes de instalación y mantenimiento. La desalinización por ósmosis inversa, un sistema que utiliza filtros y membranas para separar los sólidos disueltos en agua, es una tecnología probada y consolidada que Oxfam ha utilizado en Iraq, Kenia, Palestina, Somalilandia, Siria y Yemen. Sin embargo, en los últimos diez años, una nueva generación de productos fotovoltaicos ha convertido el proceso por ósmosis inversa por energía solar en una tecnología más asequible, fiable y sostenible.

Si bien miles de personas en Chad necesitan urgentemente agua potable, los problemas logísticos y técnicos han obstaculizado la búsqueda de soluciones sostenibles. Afortunadamente, este problema ya pertenece al pasado. El año pasado, Oxfam llevó a cabo un estudio de viabilidad, aprovechando nuestro fondo para innovación en materia de WASH, que proporciona fondos iniciales para financiar la innovación en el ámbito del agua y el saneamiento. El estudio, elaborado en 2022, concluía que el tratamiento por ósmosis inversa por energía solar puede servir para suministrar agua potable a un coste significativamente menor al que supone la práctica actual del transporte de agua en camiones cisterna, si bien existen algunos obstáculos que superar. Una de las lecciones que aprendimos fue que los conocimientos técnicos que requieren estos sistemas de desalinización no pueden exigirse a los comités de gestión de las comunidades, por lo que es necesaria la colaboración con organizaciones profesionales para gestionarlos.  

El estudio ha servido de base para un plan de ejecución en tres años, cuyo objetivo será suministrar de cinco a diez litros diarios por persona de agua apta para el consumo a 10 000 personas de la cuenca del Lago Chad, a través de ocho plantas, y a un coste significativamente inferior al de cualquier otra iniciativa anterior.

Nuestro objetivo es que el proyecto de Chad se convierta en un modelo replicable en otros contextos humanitarios para cubrir las necesidades de innumerables comunidades en materia de agua, todo ello a través del uso de energías renovables.

Ali Shire Omar, un agricultor
Ali Shire Omar, un agricultor
Se entrega agua al sureste de Turquía y Siria tras el terremoto
Se entrega agua al sureste de Turquía y Siria tras el terremoto
Una refugiada ucraniana
Una refugiada ucraniana
Integrantes de la Cooperativa de Mujeres Matiya y del programa de Liderazgo Vecinal de Oxfam KEDV envasan las comidas preparadas
Integrantes de la Cooperativa de Mujeres Matiya y del programa de Liderazgo Vecinal de Oxfam KEDV envasan las comidas preparadas
Imam, esposa de Abdul Latif, lavando las manos de sus hijos con agua de una inundación
Imam, esposa de Abdul Latif, lavando las manos de sus hijos con agua de una inundación
Personas que protestan contra las terribles circunstancias tras el incendio del campo de Moria, Grecia
Personas que protestan contra las terribles circunstancias tras el incendio del campo de Moria, Grecia
Agricultor en el pueblo de Sintchane-Kayes, Malí
Agricultor en el pueblo de Sintchane-Kayes, Malí
Migrantes en Venezuela
Migrantes en Venezuela
Grifo de agua
Grifo de agua

ÁFRICA ORIENTAL
Ofrecer respuesta al hambre extrema

Más de 44 millones de personas necesitan ayuda humanitaria en Etiopía, Kenia, Somalia y Sudán del Sur, y el número de personas que se enfrentan a una situación de hambre extrema se ha multiplicado por más de cuatro en los últimos cinco años, alcanzando los 28 millones.  

La crisis climática, que en África Oriental se manifiesta principalmente en forma de lluvias irregulares, ha prolongado una grave sequía que comenzó en 2021, empeorando la complicada situación humanitaria derivada de los conflictos, la pandemia de COVID-19 y la peor plaga de langostas de los últimos 70 años. 

Además, la situación se ha visto agravada por la guerra en Ucrania y su repercusión en los sistemas alimentarios a nivel mundial, los precios de la energía y la economía mundial. Todo ello ha provocado un aumento de los precios de los alimentos de hasta un 40 % en algunos países. Más de 13 millones de personas se han visto obligadas a desplazarse, abandonando sus tierras en busca de agua y pastos, y millones de personas han tenido que huir de sus hogares a causa de los conflictos en la región. 

Oxfam y sus organizaciones socias proporcionan ayuda vital a millones de personas de la zona. Asimismo, estamos ayudando a las comunidades a aumentar su resiliencia frente a la crisis climática a través de programas de rehabilitación, y defendiendo soluciones sostenibles y duraderas. 

SIRIA
La mayor crisis de personas refugiadas del mundo 

Desde su comienzo hace más de una década, la guerra civil en Siria se ha cobrado cientos de miles de vidas. Más de 12 millones de personas han tenido que huir de sus hogares, y muchas de ellas se han tenido que desplazar en más de una ocasión. Más de cinco millones de personas refugiadas viven en países vecinos como Jordania, Líbano o Turquía, y la mayoría viven en situación de pobreza extrema. Se han destruido escuelas, hospitales y viviendas, muchos barrios carecen de agua corriente limpia e instalaciones de saneamiento, los precios de los alimentos se han disparado, y la economía se encuentra al borde del colapso.  

Si bien la escala del conflicto se ha reducido, más del 80 % de la población siria vive por debajo del umbral de la pobreza. Ahora, muchas mujeres son las proveedoras económicas de la familia, y tienen dificultades para encontrar alimentos suficientes. Asimismo, más de 12 millones de mujeres, hombres y niñas y niños se acuestan con hambre cada noche.

Oxfam está presente en ocho de los 14 distritos sirios; nuestras operaciones se centran en suministrar agua limpia a la población afectada por el conflicto, mediante la rehabilitación de infraestructuras, el transporte con camiones cisterna, y la reparación de fuentes locales de agua. 

Facilitamos alimentos y transferencias monetarias a las familias más vulnerables para que puedan cubrir sus necesidades más básicas. Distribuimos alimentos allí donde se necesita, y ofrecemos apoyo a las familias agricultoras proporcionándoles formación y distribuyendo semillas y plantas de semillero para que puedan cultivar alimentos y ganarse la vida. 

MOLDAVIA, POLONIA, RUMANÍA, UCRANIA
Heridas de guerra

El impacto de la guerra en Ucrania está siendo devastador. Desde el 24 de febrero de 2022 –la fecha que marcó el inicio del conflicto armado a gran escala por parte de la Federación de Rusia– hasta el 30 de julio de 2023, la guerra se ha cobrado 9369 vidas y ha dejado a 16 646 personas heridas, además de provocar la destrucción generalizada de infraestructuras claves como hospitales, escuelas e instalaciones de agua. El conflicto ha obligado a alrededor de 14 millones de personas a desplazarse, en su mayoría a Polonia, Rumanía y Moldavia. El 90 % de las personas desplazadas son mujeres, personas mayores y niñas y niños. Muchas de estas personas han quedado traumatizadas por la guerra, la separación de sus seres queridos, y los largos y extenuantes desplazamientos, agravados por las mismas dificultades a las que se enfrentan todas las personas refugiadas: soportar condiciones de vida lamentables, superar las barreras lingüísticas, y hacer frente a las dificultades para acceder a asesoramiento jurídico.  

Las personas se enfrentan al riesgo de ser víctimas de la trata de personas, la extorsión y la violencia de género. Los grupos minoritarios como la población gitana, las personas LGBTQIA+, las personas procedentes de países no pertenecientes a la Unión Europea o de fuera de Ucrania, y las mujeres jóvenes y las niñas y niños que viajan solos son quienes sufren un mayor riesgo. 

Oxfam financia y colabora con alrededor de 35 organizaciones locales de la sociedad civil con el objetivo de apoyar la labor humanitaria en Ucrania y sus países vecinos. 

Juntas hemos prestado protección y asistencia vital en materia de agua y saneamiento, refugio, alimentos, distribución de efectivo, asistencia jurídica, asesoramiento y servicios de integración como apoyo lingüístico o a la búsqueda de empleo.

SIRIA, TURQUÍA
Un coste por partida doble

Oxfam ha trabajado con comunidades y organizaciones socias locales en la respuesta a la catástrofe provocada por el terremoto de magnitud 7,8 que sacudió el sureste de Turquía y el norte de Siria el 6 de febrero de 2023. Algunas zonas de Hatay, en el extremo sur del país, quedaron prácticamente arrasadas, y muchos de los edificios que no se derrumbaron por completo tendrán que ser demolidos debido a las grietas que ha causado el terremoto. Esta catástrofe ha dejado a millones de personas sin hogar, en una zona que ya sufría los graves efectos de una década de guerra. Si bien un gran número de personas han abandonado la zona y se encuentran en casa de familiares, más de un millón siguen viviendo hacinadas en refugios de emergencia o tiendas de campaña. 

Uno de los grupos más expuestos a los efectos del terremoto fueron las personas refugiadas de Siria, quienes durante los últimos 12 años se han desplazado a Turquía para escapar de la guerra civil. Con alrededor de 3,7 millones de personas, Turquía es el país del mundo que más personas refugiadas recibe, mientras que las 11 provincias afectadas por el reciente terremoto acogen a más de 1,7 millones de personas. Muchas de ellas ya habían comenzado una nueva vida en Turquía, pero han tenido que volver a alojarse en viviendas provisionales hasta que puedan recuperarse. 

Oxfam ha elaborado un plan de respuesta de tres años. A largo plazo, trabajaremos con nuestras organizaciones socias para crear nuevos puestos de trabajo y oportunidades para generar ingresos, con el objetivo de ayudar a las personas a mantenerse a sí mismas tras la catástrofe.  

PAKISTÁN
Las peores inundaciones hasta la fecha

Entre julio y septiembre de 2022, algunas zonas de Pakistán quedaron devastadas por inundaciones sin precedentes, que tuvieron graves consecuencias para los hogares, tierras de cultivo, ganado e infraestructuras esenciales. La Organización Mundial de la Salud clasificó las inundaciones como las peores hasta la fecha en Pakistán: la catástrofe causó la muerte de al menos 1700 personas, y 33 millones de ellas perdieron sus hogares, tierras o empleos.

La respuesta humanitaria inicial se centró en cubrir las necesidades vitales, especialmente en Baluchistán y Sindh, las provincias más afectadas. La respuesta de Oxfam estuvo liderada por organizaciones socias locales, como LHDP, MDF, SAFWCO, SPO, TKF; las organizaciones de defensa de los derechos de las mujeres ARTS Foundation y SHADE; y las organizaciones socias Indus Consortium y SDPI, centradas en labores de incidencia e influencia.

Las mujeres, las niñas y las personas no binarias sufrieron los efectos de la crisis de manera desproporcionada; el deterioro de los edificios las obligaba a desplazarse a pie hasta letrinas comunitarias, y las niñas se mostraban reticentes a utilizarlas por la noche (sus familias tampoco querían que las niñas fueran solas por temor a que les ocurriera algo). Por ello, las labores de reconstrucción más urgentes se centraron en proporcionar nuevas letrinas y otras instalaciones de saneamiento. Asimismo, las organizaciones socias de Oxfam distribuyeron kits de higiene femenina (que incluían productos menstruales), junto con mosquiteras, kits para el invierno, cubos y otros productos de higiene. Entre las actividades de protección social figuraba la creación de "espacios seguros para el aprendizaje" adaptados a las mujeres, y orientados a facilitar la formación y el intercambio de conocimientos en un entorno seguro.  

Además, las transferencias monetarias multipropósito y las subvenciones para impulsar la agricultura, el cuidado de los huertos, la ganadería y los pequeños negocios han resultado fundamentales para ayudar a la población a reconstruir sus medios de vida y recuperar su vida normal. Un año después, se calcula que 10,5 millones de personas siguen padeciendo inseguridad alimentaria, si bien las familias han comenzado poco a poco a reconstruir sus hogares.

GRECIA
Medidas legales para lograr procedimientos justos de asilo 

Millones de mujeres, hombres, y niñas y niños que huían de la guerra, la persecución, la catástrofe y la pobreza han llegado a Grecia o la han atravesado en busca de seguridad y una vida digna en Europa. Durante años, Oxfam ha demostrado su preocupación por las personas que se encuentran en los centros de acogida de las islas griegas y que viven en condiciones de vida deficientes, hacinadas o sin acceso a atención médica adecuada. Se trata de personas que se ven obligadas a enfrentarse a sistemas jurídicos complejos, a menudo tras haber sufrido traumas, con problemas de salud o con alguna discapacidad.

En septiembre de 2020, presentamos una denuncia legal conjunta con otras organizaciones centradas en la defensa de los derechos humanos. Más tarde, en marzo de 2022, publicamos un informe sobre los centros "carcelarios" de Samos, en colaboración con el Consejo Griego para los Refugiados. En mayo, publicamos un informe en el que poníamos sobre la mesa las diferencias en cuanto a la asistencia que Grecia ofrecía a las personas desplazadas de Ucrania, tras la aparición de pruebas que apuntaban a múltiples incidentes de rechazo con violencia a la hora de atender a personas solicitantes de asilo provenientes de otros lugares. En julio, la Defensoría del Pueblo Europeo inició una investigación sobre los centros cerrados de acceso controlado financiados por la Unión Europea, en la que instaba a la Comisión Europea a dar explicaciones sobre cómo se garantizaba el respeto de los derechos fundamentales en estos centros. Para contribuir a la investigación, la Defensoría escogió a Oxfam entre un grupo de organizaciones.

En enero de 2023, la Comisión Europea anunció que había iniciado procedimientos de infracción contra el Gobierno griego, lo cual supone un gran avance. Si bien este tipo de casos constituyen procesos largos, esperamos que esto suponga el fin de las prácticas de detención arbitraria, mejore las condiciones de acogida, y haga más accesibles los procedimientos de asilo para las personas refugiadas.

ÁFRICA OCCIDENTAL
Los datos al servicio de la crisis alimentaria

Oxfam, junto con nuestros aliados y organizaciones socias, desempeña una función fundamental a la hora de desarrollar un sistema para ayudar a la población de las comunidades de África Occidental a prevenir y gestionar la grave escasez de alimentos.  

La iniciativa del Cadre Harmonisé comenzó hace más de 20 años, y se ha convertido en un sistema único basado en datos, como los precios de los alimentos básicos, el seguimiento de las épocas del año en las que se practica el agropastoreo, o los índices de vulnerabilidad de los hogares. Su objetivo consiste en analizar las tendencias actuales en materia de inseguridad alimentaria y nutricional, ayudando a identificar las zonas expuestas a sufrir un mayor riesgo de crisis alimentaria.

Con esta información, los Gobiernos y las organizaciones pueden elaborar planes de respuesta a las crisis, lanzar alertas, llevar a cabo labores de incidencia con el objetivo de conseguir financiación para las respuestas, y diseñar campañas públicas con un mensaje adecuado para abordar la escasez de alimentos. Los procesos inclusivos de consultas trimestrales con organizaciones de la sociedad civil, los Gobiernos, las instituciones y los donantes garantizan la coordinación de la respuesta tanto a nivel de país como regional.

En 2022, Oxfam apoyó las coaliciones de la sociedad civil a ambos niveles para que participaran en el proceso y adoptaran la iniciativa del marco unificado. Junto con organizaciones nacionales y regionales de la sociedad civil, elaboramos documentos de incidencia política para alertar a los donantes sobre la crisis alimentaria en el Sahel, lo que ha contribuido al aumento de financiación de los planes de respuesta. Hasta noviembre de 2022, junto con Save the Children y Acción contra el Hambre, conseguimos movilizar casi 52 millones de euros para ayudar a las personas afectadas por la crisis alimentaria en Nigeria y el Sahel. 

VENEZUELA
La importancia de la percepción

Desde 2018, la herramienta de Oxfam para el monitoreo de las percepciones de las comunidades (CPT o Community Perception Tracker) se ha utilizado para recopilar y comprender las percepciones (expresadas en forma de ideas y comentarios) durante los brotes de enfermedades y, por consiguiente, mejorar nuestras respuestas de emergencia.

Sin embargo, 2023 fue un año de avances en Venezuela, puesto que la respuesta enfocada a la COVID-19 que habíamos ofrecido hasta el momento viró para dar paso a un planteamiento más holístico que sitúa a las comunidades en el centro de la estrategia de los procesos de toma de decisiones. 

La herramienta de monitoreo de las percepciones de las comunidades ha permitido que Oxfam y sus organizaciones socias puedan responder mejor a las preferencias de la población. La nueva versión de la herramienta no funciona a través de preguntas directas, sino que pretende crear un espacio seguro de diálogo en el que las personas compartan la información personal que deseen. Este enfoque nos ha proporcionado un aprendizaje más exhaustivo sobre cuáles son las necesidades más urgentes de las comunidades. Además, la relación entre las organizaciones socias y las comunidades ha salido reforzada gracias al proceso de escucha activa, y muchas personas han compartido sus percepciones a medida que ganaban confianza.

De nuestra labor en Venezuela hemos aprendido que el empoderamiento de las comunidades pasa por mantener una actitud humilde, honesta y transparente, capaz de otorgar mayor autonomía a la población. Asimismo, hemos aprendido a no clasificar las preguntas en categorías técnicas, puesto que esto a menudo obstaculiza que las personas puedan compartir información. Por último, ahora también sabemos que debemos garantizar que nuestras acciones estén directamente alineadas con las percepciones de la población, además de mejorar nuestro diseño de los planes de acción de carácter comunitario. 

CHAD
Innovación para garantizar el acceso a agua potable

El agua limpia es la esencia de la vida humana, aunque conseguir que llegue hasta zonas áridas remotas y afectadas por crisis puede suponer un gran desafío.

En Chad, donde el número de personas desplazadas se ha triplicado desde 2020, acceder al agua es todo un reto. Si bien el agua abunda en pozos poco profundos y sondeos, la mayor parte no es apta para el consumo humano debido a su salinidad. Asimismo, recorrer largas distancias para transportar agua en camiones cisterna presenta un coste demasiado elevado para las personas desplazadas, además de consumir combustibles fósiles. A escala global, existen muy pocos ejemplos de éxito en el sector humanitario en materia de proyectos sostenibles para conseguir que el agua sea segura y asequible. La asistencia humanitaria internacional tiene un carácter temporal, por lo que todas las iniciativas deben tener en cuenta la viabilidad técnica y financiera a largo plazo, así como su impacto medioambiental.

Con el apoyo de donantes y organizaciones socias, Oxfam utiliza plantas desalinizadoras por energía solar para proporcionar agua potable en zonas remotas. En un principio, el proceso de purificación del agua por desalinización presentaba algunos desafíos, como las complejidades técnicas o los costes de instalación y mantenimiento. La desalinización por ósmosis inversa, un sistema que utiliza filtros y membranas para separar los sólidos disueltos en agua, es una tecnología probada y consolidada que Oxfam ha utilizado en Iraq, Kenia, Palestina, Somalilandia, Siria y Yemen. Sin embargo, en los últimos diez años, una nueva generación de productos fotovoltaicos ha convertido el proceso por ósmosis inversa por energía solar en una tecnología más asequible, fiable y sostenible.

Si bien miles de personas en Chad necesitan urgentemente agua potable, los problemas logísticos y técnicos han obstaculizado la búsqueda de soluciones sostenibles. Afortunadamente, este problema ya pertenece al pasado. El año pasado, Oxfam llevó a cabo un estudio de viabilidad, aprovechando nuestro fondo para innovación en materia de WASH, que proporciona fondos iniciales para financiar la innovación en el ámbito del agua y el saneamiento. El estudio, elaborado en 2022, concluía que el tratamiento por ósmosis inversa por energía solar puede servir para suministrar agua potable a un coste significativamente menor al que supone la práctica actual del transporte de agua en camiones cisterna, si bien existen algunos obstáculos que superar. Una de las lecciones que aprendimos fue que los conocimientos técnicos que requieren estos sistemas de desalinización no pueden exigirse a los comités de gestión de las comunidades, por lo que es necesaria la colaboración con organizaciones profesionales para gestionarlos.  

El estudio ha servido de base para un plan de ejecución en tres años, cuyo objetivo será suministrar de cinco a diez litros diarios por persona de agua apta para el consumo a 10 000 personas de la cuenca del Lago Chad, a través de ocho plantas, y a un coste significativamente inferior al de cualquier otra iniciativa anterior.

Nuestro objetivo es que el proyecto de Chad se convierta en un modelo replicable en otros contextos humanitarios para cubrir las necesidades de innumerables comunidades en materia de agua, todo ello a través del uso de energías renovables.

Trabajadora de Oxfam.
Vista aérea de un barco.
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