IMPACTO
JUSTICIA CLIMÁTICA
Descansamos sobre las olas, y el mar es nuestro lecho.
La población bajau convive con el mar, es nuestra forma de vida.
Un arpón, una caña y una red para pescar; nada más. Antes, las trampas que colocábamos atrapaban muchos peces, cientos de peces grandes y pequeños. Pero ahora... ¿dónde pescaremos?
- Tasman
Tasman tiene 63 años, vive en la isla de Flores (Indonesia), y siempre se ha dedicado a la pesca con arpón. Forma parte de los bajau, un pueblo indígena indonesio que depende del mar desde hace siglos.
Sin embargo, con la subida del nivel del mar, el agua cada vez está más cerca de la costa y, por consiguiente, los peces a una distancia cada vez mayor. Tasman y su comunidad intentan adaptarse a estos cambios sustituyendo la pesca por la agricultura, aunque se están viendo obligados a renunciar a una parte de su cultura.
La crisis climática supone una amenaza para muchas formas de vida y tradiciones, así como para el medioambiente. Además, la amenaza que supone para los medios de vida genera nuevos retos en la lucha contra la pobreza.
NUESTRO TRABAJO
INICIATIVAS CLIMÁTICAS LIDERADAS POR LAS PERSONAS MÁS AFECTADAS
El cambio climático es una crisis de origen humano que está minando los progresos logrados en la lucha contra la pobreza y la desigualdad, además de agravar los conflictos y desastres en todo el mundo.
Es necesario dar voz a las organizaciones feministas y a las personas jóvenes e indígenas en las negociaciones en materia climática para que también lideren la transición hacia modelos sociales y económicos más sostenibles y más justos.
La labor de Oxfam en materia climática durante el período de 2022/2023 se ha centrado en responsabilizar a quienes han contribuido en mayor medida a agravar la crisis climática, así como garantizar que avanzamos para lograr justicia para quienes se encuentran en primera línea de esta crisis.
Durante décadas, Oxfam y sus organizaciones socias han llevado a cabo labores de incidencia política a nivel global para lograr que se reconozca el hecho de que la crisis climática afecta de manera desigual a las comunidades de todo el mundo que ya se encuentran en situación de vulnerabilidad. Este año, gracias a nuestra labor de incidencia política hemos logrado que se apruebe un fondo de pérdidas y daños en la COP27, lo cual supone un avance clave en materia de justicia climática. El informe de Oxfam Pendiente de pago: por una financiación justa de las pérdidas y daños en una era marcada por los crecientes efectos del cambio climático, publicado en junio de 2022, fue fundamental para alertar a las y los responsables de la toma de decisiones de la sociedad civil sobre la urgencia de este fondo.
Con motivo de la COP27, hemos organizado las Caravanas africanas por el clima, un espectáculo digital en el que participaron 170 organizaciones africanas de la sociedad civil. Su objetivo era exigir justicia climática en más de 25 países del continente africano para las personas que han contribuido en menor medida a la crisis, pero que aun así, son las que sufren sus peores efectos.
Oxfam cuenta con el reconocimiento de ser una organización clave en cuanto a incidencia en materia de desigualdad y financiación climática.
Este año, hemos publicado dos informes que han resultado fundamentales para cambiar los términos del debate e informar a las y los responsables de los procesos de toma de decisiones sobre quiénes son los principales causantes de la crisis climática, y quiénes deberían garantizar que las comunidades más afectadas dispongan de los recursos necesarios para adaptarse. Nuestro informe, publicado en octubre de 2022 y titulado Una financiación climática con trampa: El valor real del compromiso de alcanzar los 100 000 millones de dólares en 2019-20, demostró que los países ricos no están cumpliendo con sus promesas en materia de financiación climática, y advertía que esto mermará la confianza necesaria para abordar la crisis de forma colectiva. Este documento, junto con nuestra labor en financiación climática, nos ha permitido acceder a espacios de influencia claves, incluido el 5.º Diálogo Ministerial de alto nivel sobre la Financiación para el Clima en la COP27.
En noviembre de 2022, publicamos nuestro informe Los milmillonarios del carbono: Las emisiones derivadas de las inversiones de las personas más ricas del mundo, que ha demostrado que las personas más ricas son quienes contribuyen en mayor medida a la crisis climática, a través de las emisiones de carbono que generan con su consumo e inversiones.
El informe se publicó con motivo de la COP27, y su intención era contribuir al debate público sobre las prioridades de abordar la desigualdad y las emisiones de los más ricos, así como aumentar la financiación a la que tiene acceso la población que se enfrenta a los peores efectos de la crisis climática.
Oxfam cuenta con el reconocimiento de ser una organización clave en cuanto a incidencia en materia de desigualdad y financiación climática.
Este año, hemos publicado dos informes que han resultado fundamentales para cambiar los términos del debate e informar a las y los responsables de los procesos de toma de decisiones sobre quiénes son los principales causantes de la crisis climática, y quiénes deberían garantizar que las comunidades más afectadas dispongan de los recursos necesarios para adaptarse. Nuestro informe, publicado en octubre de 2022 y titulado Una financiación climática con trampa: El valor real del compromiso de alcanzar los 100 000 millones de dólares en 2019-20, demostró que los países ricos no están cumpliendo con sus promesas en materia de financiación climática, y advertía que esto mermará la confianza necesaria para abordar la crisis de forma colectiva. Este documento, junto con nuestra labor en financiación climática, nos ha permitido acceder a espacios de influencia claves, incluido el 5.º Diálogo Ministerial de alto nivel sobre la Financiación para el Clima en la COP27.
En noviembre de 2022, publicamos nuestro informe Los milmillonarios del carbono: Las emisiones derivadas de las inversiones de las personas más ricas del mundo, que ha demostrado que las personas más ricas son quienes contribuyen en mayor medida a la crisis climática, a través de las emisiones de carbono que generan con su consumo e inversiones.
El informe se publicó con motivo de la COP27, y su intención era contribuir al debate público sobre las prioridades de abordar la desigualdad y las emisiones de los más ricos, así como aumentar la financiación a la que tiene acceso la población que se enfrenta a los peores efectos de la crisis climática.
424 000
personas con las que trabajamos
79
proyectos
NUESTRA LABOR EN TODO EL MUNDO
COP 27
Una victoria histórica (con la financiación adecuada)
Después de tres décadas de presiones, la Conferencia de las Naciones Unidas sobre el Cambio Climático de 2022 (la COP27) finalizaba con una gran victoria para los países que se enfrentan a los peores efectos de la crisis climática. El fondo de pérdidas y daños, acordado en la conferencia, se basa en el principio de que los países ricos que han contribuido en mayor medida a la crisis climática deben compensar las pérdidas de las comunidades que sufren las peores consecuencias de una crisis de la cual no son responsables.
La campaña de la COP27 estuvo liderada por la activista climática keniana Elizabeth Wathuti, que redactó una carta abierta sobre la necesidad de proporcionar nueva financiación para afrontar las pérdidas y daños. Oxfam movilizó a personas de todo el mundo para que añadieran sus firmas a la carta, difundiendo la historia de Elizabeth a través de vallas publicitarias y en las redes sociales. Hemos apoyado a Elizabeth para hacer llegar su mensaje a las personas encargadas de los procesos de toma de decisiones en todo el mundo, incluidas las partes negociadoras de la Conferencia de las Naciones Unidas sobre el Cambio Climático en Bonn, así como reuniones en la Comisión y el Parlamento Europeo. Hemos publicitado su historia en publicaciones de influencia, y hemos asistido a la COP27 en Sharm El-Sheikh, donde entregamos la carta al presidente de la conferencia.
Tras la COP27 en noviembre de 2022, Oxfam advirtió de la necesidad de movilizar recursos sustanciales con el fin de materializar el fondo de pérdidas y daños. Asimismo, subrayamos el deber de los países ricos de establecer una hoja de ruta para conseguir proporcionar los 600 000 millones de dólares que se comprometieron a conceder para el período entre 2020 y 2025.
CAMBOYA
Adaptación al cambio climático por parte de las comunidades pesqueras
Kampong Khleang es una comunidad pesquera que, al igual que muchas otras del lago de agua dulce Tonle Sap de Camboya, se enfrenta a una disminución de la población de peces que se debe, en parte, a la falta de lluvias regulares, la deforestación y la contaminación: todo ello efectos del cambio climático. Ahora, gracias a un sistema sostenible de purificación de agua, la población es capaz de adaptarse a unas temperaturas más elevadas, niveles de agua más bajos, y una población de peces más reducida.
La encargada de instalar las plantas de filtración, que utilizan carbón y luz ultravioleta, es Teuk Saat 1001, una organización socia de Oxfam, con el apoyo del Ministerio del Interior y el Ministerio de Desarrollo Rural de Camboya. Proporcionan agua a las comunidades locales mediante botellas de plástico reciclables que se cobran a 45 céntimos; excepto en el caso de las escuelas, las personas mayores y las personas con discapacidad, que las reciben de forma gratuita.
La iniciativa de los filtros forma parte de un proyecto mayor financiado por la Unión Europea, cuyo objetivo es proporcionar agua, saneamiento e higiene, así como educación y apoyo a los medios de vida en las comunidades más vulnerables de Tonle Sap. Por ejemplo, la organización socia de Oxfam Wetlands Work! suministra letrinas sostenibles a los pueblos flotantes de la zona, con el objetivo de reducir la cantidad de aguas residuales que desembocan directamente en el lago, combatiendo así los efectos de las enfermedades transmitidas por el agua, que a menudo afectan a los niños y niñas de corta edad.
Ayudamos a las comunidades a diversificar sus medios de vida para depender en menor medida de la pesca, apoyando el turismo ecológico y el comercio artesano. La población está aprendiendo a dirigir restaurantes, hacer uso de embarcaciones turísticas y acoger a visitantes en sus hogares, lo cual rebaja la presión de depender de la pesca y también sensibiliza sobre el delicado entorno del lago Tonle Sap.
KENIA
Las comunidades locales encabezan la lucha contra la crisis climática
Oxfam ha estado colaborando con las organizaciones de la sociedad civil de Kenia y con el Gobierno local para aumentar el gasto público en programas climáticos, e influir en su distribución para garantizar que se invierte de forma responsable.
La sequía de 2022 fue la más grave a la que Kenia se ha enfrentado en los últimos 40 años. El distrito de Kilifi, una región costera que forma parte de las tierras áridas y semiáridas, se ha visto gravemente afectado. Además, algunas prácticas actuales han contribuido al problema, como el hecho de que alrededor del 80 % de los hogares de la región utilizaran carbón y leña para cocinar e iluminar sus hogares. Esta práctica era la única opción de supervivencia para la población local, a pesar de contribuir a las emisiones de gases de efecto invernadero y a la crisis climática. El objetivo de Oxfam consistió en crear una mayor conciencia sobre la crisis climática y las medidas de adaptación y mitigación, con el fin de aumentar los recursos disponibles para hacerle frente y elaborar directrices y un marco para la utilización de dichos recursos.
La ley exige que todos los distritos del país destinen al menos el 1,5 % de sus presupuestos a medidas climáticas y de preparación. Sin embargo, muchos de los distritos, como Kilifi, no han establecido un marco para el fondo. Oxfam, junto con la organización socia Arid Lands Information Network, y gracias a la financiación del programa danés Democracy, Climate Justice and Public Education for All, ha colaborado con el Gobierno del distrito de Kilifi. Con ayuda de las organizaciones de la sociedad civil y la comunidad académica, hemos elaborado normativas para orientar las operaciones de un nuevo fondo destinado a luchar contra el cambio climático a nivel del distrito de Kilifi. El fondo recibirá el 70 % del presupuesto total para acción climática, y proporcionará una vía responsable de implementación de medidas y soluciones con un liderazgo local.
NUEVA ZELANDA
Los alimentos no son combustible
El Gobierno de Nueva Zelanda ha desestimado su mandato en materia de biocombustibles, en una significativa victoria para la campaña Don’t Burn Our Future.
La intención del Gobierno a partir de 2024 era obligar a las empresas de combustibles fósiles a incorporar biocombustibles (producidos a partir de materiales orgánicos) a los combustibles fósiles de la gasolina y el gasóleo para medios de transporte. Pese a que el uso de biocombustibles a menudo se presenta como una manera de reducir las emisiones de gases de efecto invernadero, existe polémica al respecto, ya que algunos de estos biocombustibles resultan peores para el medioambiente si los comparamos con los combustibles fósiles a los que sustituyen.
Los mandatos sobre biocombustibles aumentan la competencia entre los alimentos y el combustible, puesto que los vehículos utilizan los mismos cultivos (maíz, soja, aceite de palma) que los destinados a la alimentación. Por ejemplo, alrededor del 90 % de la producción mundial de aceite de palma proviene de Indonesia y Malasia, donde se arrasan humedales para sustituirlos por plantaciones de este cultivo. El acaparamiento masivo de tierras para adquirir terrenos con el objetivo de cultivar biocombustibles fuerza el desplazamiento de comunidades y destruye los bosques lluviosos. Por ello, la producción de biocombustibles supone, en esencia, la quema de nuestros alimentos.
A través de la petición de nuestra página web, quienes nos apoyan han enviado mensajes para persuadir a las y los ministros del Gobierno de Nueva Zelanda, apoyándose en las estadísticas y la investigación publicadas por Oxfam en 2022 en un informe titulado Don’t Burn Food. A principios de 2023, el Gobierno eliminó el mandato, y pasó a centrarse en soluciones para reducir las emisiones, así como en medidas de preparación ante los impactos del cambio climático.
VANUATU
RECURRIR A LOS TRIBUNALES PARA SOLICITAR JUSTICIA CLIMÁTICA
En marzo de 2023, Oxfam apoyó una campaña que alcanzó un hito histórico: la Asamblea General de las Naciones Unidas en Nueva York sometió a voto su intención de presentar la profunda problemática del cambio climático ante la Corte Internacional de Justicia (CIJ), es decir, la máxima instancia a nivel internacional.
Oxfam llevaba un tiempo colaborando estrechamente con la organización Vanuatu Climate Action Network y otras organizaciones de la sociedad civil de todo el mundo, que se comprometieron a apoyar la iniciativa del Gobierno de Vanuatu de recurrir a la CIJ. Asimismo, Oxfam apoyó la marcha por el clima que tuvo lugar en Nueva York en septiembre de 2022, con el objetivo de instar a las y los líderes estatales a votar a favor de solicitar una opinión consultiva.
Vanuatu es uno de los países más afectados por los impactos del cambio climático, a pesar de ser uno de los que contribuye en menor medida a esta crisis. En 2022, el Gobierno del país declaró un estado de emergencia climática, reafirmando que la crisis climática es la principal amenaza para los medios de vida, la seguridad y el bienestar de su población.
La difusión del apoyo conjunto a la resolución de la CIJ lanzó un mensaje muy claro sobre el compromiso común de los Estados a la hora de cumplir con las obligaciones existentes en materia climática, de conformidad con el derecho internacional. La audiencia de la CIJ se centrará en los problemas climáticos y sus implicaciones legales y en términos de derechos humanos, y se prevé que esta emita una opinión consultiva a lo largo de 2024. Esto podría marcar pautas obligatorias para la toma de medidas por parte de los Estados destinadas a reducir sus emisiones y cumplir con sus responsabilidades en materia de derechos humanos.
En la imagen, Roy pesca en la costa de su pueblo, Molpoe (Vanuatu)
COP 27
Una victoria histórica (con la financiación adecuada)
Después de tres décadas de presiones, la Conferencia de las Naciones Unidas sobre el Cambio Climático de 2022 (la COP27) finalizaba con una gran victoria para los países que se enfrentan a los peores efectos de la crisis climática. El fondo de pérdidas y daños, acordado en la conferencia, se basa en el principio de que los países ricos que han contribuido en mayor medida a la crisis climática deben compensar las pérdidas de las comunidades que sufren las peores consecuencias de una crisis de la cual no son responsables.
La campaña de la COP27 estuvo liderada por la activista climática keniana Elizabeth Wathuti, que redactó una carta abierta sobre la necesidad de proporcionar nueva financiación para afrontar las pérdidas y daños. Oxfam movilizó a personas de todo el mundo para que añadieran sus firmas a la carta, difundiendo la historia de Elizabeth a través de vallas publicitarias y en las redes sociales. Hemos apoyado a Elizabeth para hacer llegar su mensaje a las personas encargadas de los procesos de toma de decisiones en todo el mundo, incluidas las partes negociadoras de la Conferencia de las Naciones Unidas sobre el Cambio Climático en Bonn, así como reuniones en la Comisión y el Parlamento Europeo. Hemos publicitado su historia en publicaciones de influencia, y hemos asistido a la COP27 en Sharm El-Sheikh, donde entregamos la carta al presidente de la conferencia.
Tras la COP27 en noviembre de 2022, Oxfam advirtió de la necesidad de movilizar recursos sustanciales con el fin de materializar el fondo de pérdidas y daños. Asimismo, subrayamos el deber de los países ricos de establecer una hoja de ruta para conseguir proporcionar los 600 000 millones de dólares que se comprometieron a conceder para el período entre 2020 y 2025.
CAMBOYA
Adaptation on the shores of a changing lake
Kampong Khleang es una comunidad pesquera que, al igual que muchas otras del lago de agua dulce Tonle Sap de Camboya, se enfrenta a una disminución de la población de peces que se debe, en parte, a la falta de lluvias regulares, la deforestación y la contaminación: todo ello efectos del cambio climático. Ahora, gracias a un sistema sostenible de purificación de agua, la población es capaz de adaptarse a unas temperaturas más elevadas, niveles de agua más bajos, y una población de peces más reducida.
La encargada de instalar las plantas de filtración, que utilizan carbón y luz ultravioleta, es Teuk Saat 1001, una organización socia de Oxfam, con el apoyo del Ministerio del Interior y el Ministerio de Desarrollo Rural de Camboya. Proporcionan agua a las comunidades locales mediante botellas de plástico reciclables que se cobran a 45 céntimos; excepto en el caso de las escuelas, las personas mayores y las personas con discapacidad, que las reciben de forma gratuita.
La iniciativa de los filtros forma parte de un proyecto mayor financiado por la Unión Europea, cuyo objetivo es proporcionar agua, saneamiento e higiene, así como educación y apoyo a los medios de vida en las comunidades más vulnerables de Tonle Sap. Por ejemplo, la organización socia de Oxfam Wetlands Work! suministra letrinas sostenibles a los pueblos flotantes de la zona, con el objetivo de reducir la cantidad de aguas residuales que desembocan directamente en el lago, combatiendo así los efectos de las enfermedades transmitidas por el agua, que a menudo afectan a los niños y niñas de corta edad.
Ayudamos a las comunidades a diversificar sus medios de vida para depender en menor medida de la pesca, apoyando el turismo ecológico y el comercio artesano. La población está aprendiendo a dirigir restaurantes, hacer uso de embarcaciones turísticas y acoger a visitantes en sus hogares, lo cual rebaja la presión de depender de la pesca y también sensibiliza sobre el delicado entorno del lago Tonle Sap.
KENIA
Las comunidades locales encabezan la lucha contra la crisis climática
Oxfam ha estado colaborando con las organizaciones de la sociedad civil de Kenia y con el Gobierno local para aumentar el gasto público en programas climáticos, e influir en su distribución para garantizar que se invierte de forma responsable.
La sequía de 2022 fue la más grave a la que Kenia se ha enfrentado en los últimos 40 años. El distrito de Kilifi, una región costera que forma parte de las tierras áridas y semiáridas, se ha visto gravemente afectado. Además, algunas prácticas actuales han contribuido al problema, como el hecho de que alrededor del 80 % de los hogares de la región utilizaran carbón y leña para cocinar e iluminar sus hogares. Esta práctica era la única opción de supervivencia para la población local, a pesar de contribuir a las emisiones de gases de efecto invernadero y a la crisis climática. El objetivo de Oxfam consistió en crear una mayor conciencia sobre la crisis climática y las medidas de adaptación y mitigación, con el fin de aumentar los recursos disponibles para hacerle frente y elaborar directrices y un marco para la utilización de dichos recursos.
La ley exige que todos los distritos del país destinen al menos el 1,5 % de sus presupuestos a medidas climáticas y de preparación. Sin embargo, muchos de los distritos, como Kilifi, no han establecido un marco para el fondo. Oxfam, junto con la organización socia Arid Lands Information Network, y gracias a la financiación del programa danés Democracy, Climate Justice and Public Education for All, ha colaborado con el Gobierno del distrito de Kilifi. Con ayuda de las organizaciones de la sociedad civil y la comunidad académica, hemos elaborado normativas para orientar las operaciones de un nuevo fondo destinado a luchar contra el cambio climático a nivel del distrito de Kilifi. El fondo recibirá el 70 % del presupuesto total para acción climática, y proporcionará una vía responsable de implementación de medidas y soluciones con un liderazgo local.
NUEVA ZELANDA
Los alimentos no son combustible
El Gobierno de Nueva Zelanda ha desestimado su mandato en materia de biocombustibles, en una significativa victoria para la campaña Don’t Burn Our Future.
La intención del Gobierno a partir de 2024 era obligar a las empresas de combustibles fósiles a incorporar biocombustibles (producidos a partir de materiales orgánicos) a los combustibles fósiles de la gasolina y el gasóleo para medios de transporte. Pese a que el uso de biocombustibles a menudo se presenta como una manera de reducir las emisiones de gases de efecto invernadero, existe polémica al respecto, ya que algunos de estos biocombustibles resultan peores para el medioambiente si los comparamos con los combustibles fósiles a los que sustituyen.
Los mandatos sobre biocombustibles aumentan la competencia entre los alimentos y el combustible, puesto que los vehículos utilizan los mismos cultivos (maíz, soja, aceite de palma) que los destinados a la alimentación. Por ejemplo, alrededor del 90 % de la producción mundial de aceite de palma proviene de Indonesia y Malasia, donde se arrasan humedales para sustituirlos por plantaciones de este cultivo. El acaparamiento masivo de tierras para adquirir terrenos con el objetivo de cultivar biocombustibles fuerza el desplazamiento de comunidades y destruye los bosques lluviosos. Por ello, la producción de biocombustibles supone, en esencia, la quema de nuestros alimentos.
A través de la petición de nuestra página web, quienes nos apoyan han enviado mensajes para persuadir a las y los ministros del Gobierno de Nueva Zelanda, apoyándose en las estadísticas y la investigación publicadas por Oxfam en 2022 en un informe titulado Don’t Burn Food. A principios de 2023, el Gobierno eliminó el mandato, y pasó a centrarse en soluciones para reducir las emisiones, así como en medidas de preparación ante los impactos del cambio climático.
VANUATU
RECURRIR A LOS TRIBUNALES PARA SOLICITAR JUSTICIA CLIMÁTICA
En marzo de 2023, Oxfam apoyó una campaña que alcanzó un hito histórico: la Asamblea General de las Naciones Unidas en Nueva York sometió a voto su intención de presentar la profunda problemática del cambio climático ante la Corte Internacional de Justicia (CIJ), es decir, la máxima instancia a nivel internacional.
Oxfam llevaba un tiempo colaborando estrechamente con la organización Vanuatu Climate Action Network y otras organizaciones de la sociedad civil de todo el mundo, que se comprometieron a apoyar la iniciativa del Gobierno de Vanuatu de recurrir a la CIJ. Asimismo, Oxfam apoyó la marcha por el clima que tuvo lugar en Nueva York en septiembre de 2022, con el objetivo de instar a las y los líderes estatales a votar a favor de solicitar una opinión consultiva.
Vanuatu es uno de los países más afectados por los impactos del cambio climático, a pesar de ser uno de los que contribuye en menor medida a esta crisis. En 2022, el Gobierno del país declaró un estado de emergencia climática, reafirmando que la crisis climática es la principal amenaza para los medios de vida, la seguridad y el bienestar de su población.
La difusión del apoyo conjunto a la resolución de la CIJ lanzó un mensaje muy claro sobre el compromiso común de los Estados a la hora de cumplir con las obligaciones existentes en materia climática, de conformidad con el derecho internacional. La audiencia de la CIJ se centrará en los problemas climáticos y sus implicaciones legales y en términos de derechos humanos, y se prevé que esta emita una opinión consultiva a lo largo de 2024. Esto podría marcar pautas obligatorias para la toma de medidas por parte de los Estados destinadas a reducir sus emisiones y cumplir con sus responsabilidades en materia de derechos humanos.
En la imagen, Roy pesca en la costa de su pueblo, Molpoe (Vanuatu)